Un espacio de tiempo infinito

10.14.2011

Fueron tantas cosas a la vez, que me cuesta creer que hoy no sea nada

En las últimas semanas el pasado me ha dado de bofetadas como si me quisiera dejar tendida en la lona. Cachetadas positivas y otras llenas de nostalgia, muy buenos recuerdos, muy buenas confesiones, historias que quedaron inconclusas y que de a poco me han dado respuestas -algunas que yo esperaba o medio sabía, otras de plano gratas sorpresas-.

En las últimas semanas se han dado extraños reencuentros, desde un compañero de la prepa que fue novio de la que entonces era mi mejor amiga, amistades rotas, hasta regresar a los 4 chicos de mi vida que fueron realmente pilar en mi adolescencia.

Y sí, estas memorias retuercen las tripas, hacen que se te muevan las fibras y se te ponga la piel de gallina al pasar la cámara de los recuerdos una y otra vez, porque de alguna u otra forma estuvieron y están en el rompecabezas de mi historia.
Y no es por querer vivir en el pasado, como un buen amigo me dijo, sino volver a la base, a las raíces.

Hace días vi a los chicos de mi vida y fue como si el tiempo se hubiera detenido, en parte porque seguimos con el mismo humor que nos hacía reír por horas, sólo que ahora las confesiones que nos hicimos fueron más “serias”. La vida nos tomó por sorpresa tan duro, que si hace 15 años nos hubieran dicho que esas serían nuestras historias, nadie las hubiera creído y mucho menos las hubiéramos querido. No de esa manera.

Y ahí estábamos 5 locos unidos por una amistad que al menos en mi caso, ha sido la mejor etapa de mi vida. Sí, cual terapia de loquero, cuando quiero refugiarme en mi lugar feliz, pienso en esa época y en los muchos meses como muéganos. De hecho creo que esa fue la razón por la cual me aferré muchos años a no perderlos, y ese día al vernos juntos hasta me dolió la pansa.
Fue difícil ponerse al día después de 15 años de no vernos, pero lo intentamos. Fue muy fácil adaptarnos nuevamente al rol que cada uno reproducía, y nos salió re bien.

Soy feliz con mi vida como es ahora, pero siempre me hicieron falta. Estoy tratando de lidiar ahora con más separaciones pero de pronto con este timing tan sarcástico, tengo la esperanza que la vida esté compensando el adiós de mis padres, mi familia; por un nuevo hola de mi otra familia, mis chicos, y así los han puesto otra vez en mi camino para que –como antes - me ayuden a que el trancazo sea menor.