Un espacio de tiempo infinito

12.16.2003

Femita

El fin de semana fue horrible, el viernes por la noche empecé con una tos que yo pensé que era por mi alergía al oregano, pero ¡NO!

Al principio ni le hice caso, pero el sábado amanecí tan mal que me tumbo la tos. Debo confesar que soy muy chiqueada y que aveces sí exagero, pero en esta ocasión no se trataba de eso.

Mi familia no estaba, así es que no había quién me apapachara y como viejita de película tuve que bajar a la cocina a prepararme un tecito para regresar a mi cama y arroparme bien.

A medio día las cosas se complicaban, seguía con una tos de miedo, tenía temperatura, los huesos y cada músculo dolía a tal grado que un tosido más y seguro que me desbarataba como Silvester cuando le pega la abuelita de Piolín o cuando el Coyote le cae un yunque.

Mi papá por fin llegó y le habló a José Luis -nuestro médico de cabecera-. Desde ese día mi trasero ha sido invadido por agujas y mi estómago procesa cuanto químico se puedan imaginar.

Ayer ha sido la peor noche, tuve una conversación con seres del más allá y hasta veía ángeles a cada lado de mi cama. Ya se que sólo es gripa, pero pensé que no la libraba.

Gracias a Dios hoy ya estoy mejor y como dice mi papá: -si llego a cargar a los pastores

Como a medio día