Fiesta en Améericaaa

Como primer concierto de este año en la Ciudad de México, Chayanne se presentó en el Palacio de los Deportes. Sí en el palacio y no en el auditorio como tuve a mal confundirlos y ahí me ven casi llegando al auditorio cuando mis amigas me dicen ¿para dónde vas?.

Claro que esto nos lo hubiéramos podido evitar si ellas fueran más ubicadas jajaja o yo hubiera revisado los boletos. Pero bueno si algo nos caracteriza es ser muy puntuales así que llevábamos tiempo de sobra y pudimos llegar desde casi el auditorio a mi casa, dejar el coche ahí e irnos al palacio de los deportes que está muy cerca, porque luego llevar coche es un desmadre.

Una de mis amigas declaró que no conocía muchas de sus canciones pero aún así nos quiso acompañar, otra de ellas iba más que oirlo cantar verlo moverse de esa manera tan cachubis que sólo él sabe hacer y yo pues un poco por verlo bailar y otro tanto porque sí soy fan.

Total que ahí estábamos las tres muy cerca de su club de fans, quienes por cierto son puras chavitas de 10 a 13 años todas vestiditas de rosa, y al lado de unas tipas de esas que gritan tooodo el concierto y no dejan escuchar nada.

No se con qué rola abrió el concierto pero eso sí estuvo muy bueno, baila increíble, tiene un cuerpazo, vaya la condición física y sobre todo esa linda y angelical sonrisa de esas que no se puede resistir uno.

Me encantó que cantara rolas súper viejitas como Tu pirata soy yo, Fuiste un trozo de hielo en la escarcha, Tiempo de vals. Lo que cero me gustó fue que el concierto durara tan poco (una hora cincuenta minutos) cuando tiene muchas canciones conocidas y que han sido éxito. Si aunque usted no lo crea...

Al final del concierto con los ojos medio rojos por la lagrimita remi, me di cuenta que disfruto tanto ir a un concierto, que tienen esa magia de llevarme por el tiempo y hacer que recuerde tantas cosas, historias, momentos, dolores, personas, que lo siento hasta como una terapia. En ese momento de estar viendo a un artista que te gusta, corear sus rolas, envolverte por la emoción masiva del público es una vibra que me encanta y definitivamente vivo como en catarsis.